Rivalidad entre hermanos, un problema que necesitamos atender
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Cuando dos o más personas comparten la vida cotidiana, es natural que surjan conflictos. La convivencia entre hermanos no es la excepción.
En la estrecha convivencia de los hermanos es muy frecuente la aparición de pleitos y desacuerdos.
La rivalidad y los celos entre hermanos también es un hecho normal al que hay que hacer frente con inteligencia, sensibilidad, cariño y buen humor.
El origen fundamental de la rivalidad entre los hermanos es la competencia por el afecto y la preferencia de los padres. Es común que todos los hermanos se sientan celosos y surjan los problemas.
En general los pleitos entre hermanos se originan por cuestiones aparentemente sin importancia. Un pleito entre ellos puede comenzar por no querer compartir los juguetes; por conseguir la mejor silla; por ser el último en bañarse; por escoger el programa de televisión; por la forma en que tratamos a cada uno; por los diferentes permisos que damos al hijo mayor y al más pequeño, o por las cosas que les compramos o no les compramos. Por el pastel, apagar las velas, la piñata, los amigos, o ser el centro de atención en el cumpleaños por ejemplo.