El sufrimiento en las aulas: bullying que roba sonrisas
Un nuevo colegio… la entrada a conocer nuevas personas… aprender sobre el mundo… crear un concepto de vida… la diversión o el sufrimiento… Todas ellas conforman los retos a los que nos enfrentamos en algún momento al ir a la escuela.
Romper el cascarón de lo conocido, para abrir la puerta de lo desconocido; unificar criterios entre un sinfín de dinámicas familiares, realidades y formas de pensar, nos dan como resultado la diversidad escolar que en ocasiones lleva a la segregación, a la hostilidad, a la humillación y a la impunidad. Todo esto que hoy se llama bullying, tiene a miles de padres de familia y profesores ocupados en comprender el fenómeno, mientras algunos niños viven verdaderos infiernos personales dentro de los salones de clases.
“Me pegaron más de 30 chicles en el pelo y me tuvieron que rapar, ahora tengo vergüenza de ir a la escuela, ya que mi apariencia hará que se burlen aún más”, confiesa una niña de 9 años entre lágrimas y angustia. “Todos los días me pegan mis compañeros más de cincuenta zapes… ¿cómo me defiendo?... ellos dicen que es un juego”, nos dice otro niño de primero de primaria. “Hoy temo que me lastimen, pues a diario recibo amenazas por Internet y mi novio me cortó porque dicen en las páginas sociales que soy una zorra”, comenta una adolescente de 16 quien ha intentado quitarse la vida en dos ocasiones.