La brújula

Imagen: @Maccaholic via Twenty20

Quien sabe a dónde se dirige
Encuentra siempre el camino.
Trixia Valle

Maricarmen es una de las muchas mamás que trabajan largas jornadas, llega cansada y tarde casi todos los días. Sus tres hijos por lo general se la pasan toda la tarde jugando, viendo la tele o sus tabletas, hablando con amigos, perdiendo el tiempo y comiendo golosinas.

Sin embargo, siempre que llega mamá a casa se le tiran a los pies a llorar que no hicieron la tarea porque era mucha y la maestra les dejó doble trabajo y quien sabe cuánta cosa le inventan para justificar que no hicieron nada y ya son las 8. Maricarmen empieza a llenarse de culpa y no deja de pensar que cada situación que le plantean sus hijos es por su culpa al no estar con ellos y se llena de remordimientos y de pensamientos malos sobre ella misma, por lo que además de hacerles la cena, les hace la tarea, les deja ver el partido que acaba hasta las 11, comer dulces y tomar refresco…

Ella sabe que cuando se duermen tarde y comen dulces se ponen “intensos” y groseros y luego no se quieren dormir, pero como tiene tanta culpa los deja hacer todo. De pronto, pasa la hora acordada y sus hijos quieren más, ella los trata de convencer con buenos modos que ya se duerman porque mañana no querrán despertar… Así comienzan primero sus ruegos, luego sus gritos y finalmente, ya furiosa a punto de explotar, los golpea para que obedezcan. Todos se van llorando a la cama y ella hasta se jala los pelos pensando lo mal que hizo. Al día siguiente todos se levantan con dolor y ella como se siente culpable al ver los moretones, les promete regalos y paseos para compensar su error. Así pasan muchos días y Maricarmen no puede salir del círculo vicioso de la culpa.

Como Maricarmen, muchas mujeres experimentan esto y no saben qué hacer para romper el mundo de frustración-maltrato-consentimiento que han creado. Todo se debe a la falta de límites que no se atreven a poner por sentirse culpables de no hacer lo suficiente cuando de lo que se trata es de hacer lo posible y sentirse bien con ello, porque son circunstancias y nada es eterno. Todo va a pasar, todo poco a poco se va a acomodar. Pero los maltratos, esos sí que duran para siempre.

Por ello, lo mejor en la vida son los límites. Y estos son o no son, son inamovibles, son conocidos por todos y respetados por todos. Tu brújula personal son esos límites que te hacen bien porque tu casa funciona en paz.

Desde hoy elige ¿cuál será tu brújula? Te doy un ejemplo de la mía con mis hijos:

1. Dormir a las 8:30, cada quien en su cuarto
2. Bañarse todos los días
3. Comer a las horas establecidas
4. Ver sólo una hora de tele o similares al día
5. Sólo tomar refresco y frituras los fines de semana
6. Respetarme y obedecer las reglas establecidas

Para mí estas son las 5 reglas indispensables para la vida. Mis razones son que hay una hora en la que necesito relajarme y disfrutar con mi esposo y por ello hay un horario para dormir; la limpieza para mí es básica; no me gustan los “ratoncitos” que pasan el día comiendo galletas y a la hora del desayuno, comida o cena hay que pelear con ellos para que coman bien; me gusta la convivencia y que sepan jugar, no que estén todo el día enajenados con la tele; me interesa que aprendan que las golosinas son un lujo ocasional; y para mí si no respetan a su madre no podrán respetar a nadie más.

Estas son ALGUNAS SUGERENCIAS, ahora te invitamos a hacer las tuyas:

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¡Felicidades, lo primero para ser una mamá MILLENIAL es saber a dónde ir! Hoy es el primer día del resto de tu vida.