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Imagen: @lelia_milaya via Twenty20

Sólo hay algo peor que aprender de la experiencia
Y es no aprender de la experiencia.
Anónimo

Este blog no pretende adoctrinar ni sentenciar ninguna conducta. Sabemos que todos hacemos lo mejor que podemos y ¡Nadie es perfecto!, todas hacemos cada día lo mejor que podemos.

Todas las mamás, todos los papás, todos los educadores, todos los profesionistas hemos cambiado al pasar del tiempo, hemos cometido errores, hemos pedido consejos, nos han dado consejo sin pedirlo, por lo que sabemos que lo último que quieres es que alguien venga a hacerte sentir juzgad o evaluado en tus formas, y para nada queremos eso. ¡Al contrario! Queremos compartirte experiencias para tú hagas tu propia receta, tu propio criterio sobre la crianza moderna, sobre el bullying, sobre las relaciones intergeneracionales y sobre la manera de sanar nuestras emociones después de la afectación de la Pandemia Mundial 2020.

Por ello encontrarás después de cada tema, unas líneas para tú llenes tu propia receta. ¡Ese es el chiste de este blog! Que sea tuyo, que lo personalices, que lo vivas, que tomes lo que te gusta y tires lo que no te gusta. También en unos años quizás lo puedas volver a leer y reflexionar o simplemente hagas “tus recetas secretas”.

Anímate a leerlo con la mente abierta y adicionalmente, cuentas con las alternativas que te brindan los cursos on-line con validez oficial para crecer tus herramientas durante la crianza o la pedagogía.

Ahora te queremos compartir la primera frase de ayuda a las mamás millennial:

La culpa no educa.

Anotar esta frase la mayor cantidad de veces que puedas y repetirlo a lo largo del día, genera un nuevo sentimiento de calma. Culparte de no estar con tus hijos por trabajar; por querer irte a un café y dejarlos encargados; por haber decrecido el nivel económico; por haber perdido la calma durante la Pandemia 2020, es el peor pensamiento que puedes elegir, pues la culpa nos hace cometer errores.

Las decisiones que se toman con culpa, con remordimiento, para “quedar bien”, usualmente son las peores. Estas decisiones culposas se toman desde el MIEDO y no desde el AMOR… Si detectas tu PUNZADA DE CULPA, por favor respira tres veces y repite:

La culpa no educa, sólo el amor.
La culpa no educa, sólo el amor.
La culpa no educa, sólo el amor.

Algo que sirve mucho para comenzar de nuevo es anotar esto en un papel y firmarlo:

Hoy __(fecha)____________, yo __________(tu nombre completo)____________ me comprometo a educar sin culpa, a decidir desde el amor y no desde el miedo. Haré mi propia brújula para educar a mis hijos. Estoy haciendo lo mejor que puedo con lo que tengo. Cada día tengo más herramientas para educar. TU FIRMA.

Declarar esta frase tiene un efecto reparador para cualquier función que realices. Ya sea que tu trabajo sea dar clases y hayas cometido un error, o como mamá o papá al haberte equivocado en un regaño o castigo, este nuevo compromiso tiene el poder de borrar el pasado y volver a comenzar.

Equipo Mamás Millennial

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