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No se tú, pero yo ya me cansé, ya tuve suficiente, de ser una mujer “EMPODERADA”, “superwoman” y demás cosas que sólo me han llevado al límite del “burnout” -síndrome de agotamiento crónico- que en mi caso, casi me lleva a la muerte en dos ocasiones.

Yo, como muchas de ustedes, nací en la época del cambio, del comienzo del empoderamiento femenino aplicado a la vida, en la época donde se comenzaba a dejar de ver mal q una mujer tomara alcohol o incluso que saliera con sus amigas en la noche a divertirse o que no tuviera novio.

Ser parte de la primera generación después de siglos en vernos a las mujeres como un peligro, un objeto y una máquina de tener hijos, y cambiarlos a una nueva manera, aplicarlos de nueva manera y tener sueños y aspiraciones para lograr grandes puestos laborales rompiendo con el tabú de casarte máximo a los 25 es emocionante y una fuente de inmensa felicidad. Ver a muchísimas de mis amigas y primas que se casaron a partir de los 35 y algunas no se casaron y son felices, crea en nuestra generación X o Timbiriche (1970-1985) el rompimiento de ataduras de años y de la reinvención de lo que significa ser mujer. ¡Maravilloso!

Trabajar, estudiar lo que te gusta, ganar puestos directivos, participar en política, elegir las pareja y tener hijos o no, divorciarte sin culpa, hablar en la mesa sobre tu opinión sin que nadie te mire mal… son algunas de las cosas que trajo esta nueva era de muchas cosas muy buenas, pero como en todo, también trajo cosas malas como: trabajar el doble, hacer flojos, aprovechados y comodinos a algunos hombres, ser cabeza de casa en un 70% de los hogares de todas las clases sociales, sufrir abandono moral y económico de los hombres “tú puedes sola… bye”… es la factura oculta que trajo el feminismo empoderado y aplicado, que ha llevado a muchas de mi generación -y a mi- a sufrir burnout o síndrome de agotamiento crónico.

El no parar, no mirarte por estar ocupada, no checarte, hacer todos tus roles en excelencia para evitar reproches de la sociedad anterior (papás, abuelos y gente en general) y querer ser la empoderada superwoman, nos han convertido la primera generación con aumento alarmante en casos de depresión, ansiedad y en cáncer de mama pues es la enfermedad más frecuente (15.3 %) y la primera causa de muerte en mujeres mexicanas, con un estimado de 29 mil 929 nuevos casos y siete mil 931 muertes anuales y un 50% de divorcios e incontables madres solteras.

¿Seguimos así o le paramos?

Te confieso que en 2017 cuando estuve a punto de morirme por una infección del intestino y que se pudrió mi vesícula de tantos corajes, decidí una vida más tranquila y pase de ser la súper directora top, a una conferencista dedicada a su familia que combina el trabajo y he encontrado el equilibrio en su vida. Hoy tengo una empresa, que no manejo yo solo hago lo creativo, desde casa, sin mandar a nadie y sin sentirme importante e indispensable; asi, el compartir amor y el acompañar, son cosas que elijo hacer, en lugar de mandar, correr, lograr, demostrar y luego enfermar.

Así, a punta de golpes hoy te digo: ¿empoderada y drenada? O ¿equilibrada, empoderada y sana?

Porque te queremos y te admiro a la distancia por ser una mujer como yo, TODO MARZO Claudia Quijas y Educación Millennial te vamos a regalar el curso “Buscando el equilibrio en tu vida”. Puedes solicitar tu acceso al curso haciendo clic aquí.

Abrázate, ámate, cuídate, balancéate y busca mas que empoderamiento, equilibrio.

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