Yo creo que este es “el dilema” de nuestros días. Es justamente lo que nos llena de culpa y de dolor: no poder estar con nuestros hijos todo el tiempo por el trabajo. No importa si trabajas por necesidad económica o por gusto. No importa si son pocas o muchas horas, la culpa igual aparece, aunque varía el grado.
Una mamá de tres, que trabaja muchas horas al día, viaja, y está tan ocupada que a veces ni contestar el teléfono a veces puede y que mil veces se ha sentido mal y hasta llorado nos comparte esta historia:
Uno de esos días, que estaba de viaje dando un taller en sábado, llena de culpa al pensar: “yo aquí ´cambiando al mundo´y mis hijos solos en su casa”. Soy una mala mamá, pensaba. De pronto, la dueña de la escuela, una mujer mayor y muy sabia, me dijo como si leyera mis pensamientos: “Veo que te sientes mal por dejar a tus hijos, a mí también me pasaba así, hasta que comprendí que todo lo que hagas bueno por el mundo se traduce en bendiciones para ti y tus siguientes 4 generaciones, así es, lo dice la Biblia, que cuando alguien trae honra, esto trasciende cuatro generaciones más”. No sabes la paz que me dio en ese momento, ¡y toda mi vida agradeceré sus palabras!
Estas reflexiones también te pueden ayudar a sentirte mejor:
- Trabajar por y para ellos, sin decírselos a cada rato: “me mato trabajando por ti y tú…”, esto es chantaje y nunca funciona, sólo de pronto decirles: “me encanta trabajar para que vivamos bien”, en ello no hay reclamo, sólo amor.
- Dedicarles mi cuerpo y alma al estar con ellos en presencia, dedicada a atenderlos, a escucharlos, a jugar aunque esté cansada y me quiera dormir, primero va mi tiempo con ellos.
- Decirles muchas, muchas veces lo mucho que los amo, dejarles recaditos en el baño o en la lonchera si me voy de viaje y traerles un dulce o mini detallito cuando regreso (SÓLO DE VIAJE, NO DIARIO) para decirles que pienso en ellos.
- Nunca caer en chantajes y reclamos de “nunca estás”, y no darle importancia a estas palabras.
Entendemos tu angustia, pero recuerda tu compromiso de lectura: LA CULPA NO EDUCA, EL AMOR SÍ. Así que relájate y confía en que ellos comprenden y te apoyan, siempre y cuando no te excedas en el trabajo.
Te recomendamos que no traigas trabajo a casa y en vez de estar con ellos sigas “tecleando”. Todo en su justa medida, todo jefe comprende las necesidades de sus empleados y mientras cumplas tus objetivos puede haber apertura a trabajar desde casa, a salir antes para evitar el tráfico, etc… Todo se puede negociar, menos la relación con tus hijos, ellos te necesitan y nadie en su lecho de muerte pide su laptop para acabar el reporte, todos piden a sus familiares para abrazarlos porque su amor es lo único que nos vamos a llevar.
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